Type : Revue de presse
Titre : Los ciberfulanos no son nada meticulosos
Date : 30/11/1999
Creadas por y para hombres, las start-up dejan poco lugar a las mujeres. Esta start-up parisina se parece a otras miles. Destinada a tener un bello porvenir, se fundó hace dos años y acaba de percibir 17 millones de francos de inversión. De las veintidós personas que trabajan en ella, se cuentan siete mujeres de las cuales solamente tres están contratadas de forma definitiva. Ninguna está en el equipo de dirección, cinco
están en el secretariado, una sola en un puesto de responsabilidad (es consultora), la última es diseñadora. Poblada de personas jóvenes, la « net-economía » se percibe comúnmente como un mundo de espíritu joven, nuevo y abierto. « Existe un malentendido, estima Christine Blache, directora y fundadora del despacho de reclutamiento 9A +, especializado en Internet. Detrás de esta imagen de abertura, descubrimos de hecho un
universo muy macho. No hay que olvidar que la high-tech es antes que nada un ámbito de técnicos, por lo tanto de hombres. »
Locos por la informática, fueron ellos los que crearon las primeras sociedades hace algunos años. Son ellos los que continúan invirtiendo actualmente. Consultor en Business-Angels.com, Olivier Vinciguerra busca fondos para start-up en gestación. « Cada día, recibo cinco nuevos proyectos. Los equipos de fundadores son en un 90% masculinos ». Una cifra que confirma la Agencia para la creación de empresas (APCE) la cual
estima en alrededor de un 15% la parte de las mujeres empresarias en las nuevas tecnologías contra un 30%, incluyendo todos los sectores. « Nos dan lata con la nueva economía, pero los viejos esquemas se reproducen en ella, señala Géraldine Lamamy, de 27 años, directora general y cofundadora del sitio Winvote.com. Habríamos podido pensar que las cosas cambiarían ya que aquí la gente es mucho más joven. ¡Pues no! Al igual que en la vieja economía, se empleará más fácilmente a un hombre en un puesto de dirección y se pagará menos a una mujer. » Para ellos, la técnica; para ellas, los puestos tradicionalmente femeninos Y aquellas que crean su propia sociedad están obligadas a hacer alarde de una gran persuasión. « Se nos considera más bien graciosas, dice Diane Rolland, de 26 años, cofundadora con Florence Lacave de RP empresarias, start-up especializada en las relaciones públicas.
Debemos probar tres veces más que los otros nuestra seriedad, nuestro profesionalismo y sobre todo nuestra credibilidad. » Con un hombre en el equipo fundador, un proyecto femenino gana inmediatamente seriedad. « Como los inversionistas son hombres, tienen más confianza en aquellos a quienes se parecen, y les prestan más fácilmente dinero », señala Ana Neves, directora editorial en Super-Secrétaire. Ahora bien, en Francia, desde hace poco vemos florecer las primeras start-up creadas por mujeres.
Pero realizan esencialmente sitios femeninos. Anne-Sophie Pastel es la fundadora de Aufeminin.com y Chine Lanzmann lo es de Desfemmes.com. Aparentemente no muy incomodadas por las cuestiones técnicas, las dos empresarias han destacado de cualquier forma en el financiamiento de sus sociedades, que recibieron 25 y 20 millones de francos respectivamente de varios fondos de capital de riesgo. Muydifundidas en los medios, ellas stán en la televisión, en la radio, en los periódicos. La impresión deja suponer que son miles. Siempre son los mismos nombres los que circulan: Orianne García, fundadora de Caramail, Chine Lazmann y Alexandra de Waresquiel, creadoras de Newsfam… Tantas figuras dan una falsa imagen enmascarando a una multitud de hombres. « En realidad, las mujeres que están verdaderamente en el origen de un proyecto o que dirigen una empresa se cuentan con los dedos de una mano », dice Géraldine
Lamamy. Al contrario, ellas no dejan de ser más numerosas en los equipos, pero de acuerdo con una repartición muy sexuada de las tareas. Para ellos, la técnica; para ellas, los puestos tradicionalmente femeninos: la mercadotecnia, la comunicación o la producción en línea. Es raro ver a una mujer dirigir un servicio comercial, excepcional en un departamento de informática.
Un retraso, que, como una lista perfecta de desigualdades seculares entre los dos sexos, se explica por algunos grandes rasgos educativos y culturales. En primer lugar la infancia y sus juguetes. Desde los juegos de video, las diferencias se profundizan. Las niñas no representan más que el 20% de los consumidores. Un desinterés ligado antes que nada al contenido de los juegos en los que predominan los estereotipos masculinos (combate, violencia). « El ámbito audiovisual de las niñas se organiza alrededor del vínculo (teléfono y televisión) y de lo emocional (música y lectura), mientras que el ámbito masculino se centra en la consola de juegos y en la computadora », explica Dominique Pasquier, especialista de medios de comunicación en el CNRS. Con lo cual se refuerza en las niñas la idea de que la computadora es una herramienta masculina. « El ambiente es todavía el de la pandilla de amigos » ¿Es esto grave? Sí, responde
Justine Cassell, investigadora en el Medialab del MIT (Massachussets Institute of Technologie) en Cambridge en los Estados Unidos. « Los juegos de video permiten a los chicos familiarizarse muy temprano con la computadora. Ahora bien, en la vida y en el trabajo, las competencias en informática se han
vuelto indispensables ». Algunos años más tarde, son los mismos que encontramos en las áreas de capacitación en informática de las escuelas y universidades. Sólo un 22% de los ingenieros son
mujeres. Pero la cifra disimula grandes desigualdades: mientras que las áreas de capacitación en biología o agronomía reciben un 50% de mujeres, la informática y la técnica no reciben más que entre un 10 y un 15%. Como el efecto de un embudo, éstas se vuelven entonces escasas en las empresas. Solos entre ellos, los
hombres se forjan un mundo a su imagen. « El ambiente es todavía el de la pandilla de amigos, señala Christine Blanche.
Arreglan las cosas entre ellos, están contentos y, a las 11 de la noche, se acuerdan de que tienen una mujer y un bebé ». Es un ritmo que pueden seguir las mujeres solteras, y mucho menos aquellas que tienen hijos. « La high-tech es un sector en donde se trabaja enormemente, observa Hélène Sadaka, consultora del despacho de reclutamiento, Mercuri Urval. Es un mundo muy orientado hacia los negocios, la tecnología y la competencia. Se hacen doce horas al día, incluso más. A pesar de sus limitaciones, son las mujeres las que tienen que adaptarse a este modelo y no al contrario ». Con locual se disuade a todas aquellas que buscan evitar estos oficios cronófagos. Ya que, en este medio como en otros, a pesar de los esfuerzos de los hombres, las mujeres atienden el 80% del trabajo doméstico. Éstas prefieren orientarse hacia empresas que trabajan 35 horas por semana antes que a las de 70. Una estadística podría poco a poco cambiar la situación: las mujeres se revelan como grandes surfeadoras (representan un 48% de los internautas en los Estados Unidos y un 37% en Francia), y sobre todo se muestran mucho mejores compradoras en línea que los hombres. La ciberama de casa de menos de 50 años se ha convertido en el objeto a conquistar. Para atraerla más, se montan sitios femeninos y… se contratan mujeres. ¿El Internet va a descubrir el segundo sexo?
Cécile DAUMAS y Laurent MAURIAC. LIBÉRATION (17 de diciembre de 1999 y 6 de marzo de 2000) Traducción de Erika Gil Lozada